martes, 7 de julio de 2009

Sobre la comunicación en el diseño - Carlos Carpintero

"Ineluctable modalidad de lo visible: por lo menos eso, si no más pensando a través de mis ojos. Señales de todas las cosas que aquí estoy para leer" (...) - Ulises, J. Joyce

Carlos Carpintero comienza a exponer sus argumentos indagando en la cita del autor:
En la visión y reproducción de los visto visible se juega una apuesta ideológica que excede al individuo en tanto sujeto social. En otras palabras, solo podemos ver lo que sabemos, lo que la cultura nos ha marcado como visible (visión signada).
Veo, sospecho, pero no puedo afirmar nada ¿Quien puede dar una respuesta correcta, real y cierta de lo dicho al decir?

Para Carpintero, comunicar no es un sinónimo de transmisión de información. La comunicación es un fenómeno sumamente complejo y todo intento de reducirlo a un proceso de entrada y salida de mensajes es insuficiente. Plantear el problema en estós términos es quitarle el componente humano.

El conocimiento es una construcción múltiple y no una destilación objetiva de datos de la realidad.
Sin embargo, existe una visión extendida en el discurso dominante del diseño que homologa comunicación con transmisión de mensajes. Esta visión deviene de la aplicación y explicación de la acción y los objetivos del diseño gráfico, a partir (fundamentalmente) de la teoría matemática de la información y las funciones del lenguaje, de Claude Shannon y Roman Jakobson respectivamente.

¿Por qué hablar de Shannon?
- Porque persiste en el diseño la visión de comunicación reducida a una mera transmisión de datos desde un polo emisor hasta un polo receptor, donde en su trayecto puede ser interferida por ruidos o interferencias.
Pero los polos de la "comunicación" antes descriptos nunca fueron pensados como seres humanos. Shannon, simplemente objetivó la información como bits independientes unos de otros. Su preocupación básica era: ¿Cómo transferir una secuencia de datos desde un lugar a otro con el menor ruido posible?, y en este sentido, el exito y la vigencia de su modelo tenía que ver con la información en términos cuantificables. Es decir, cualquier conjunto de cien palabras posee exáctamente la misma información sin importar que esas palabras hablen de astrología, deportes o historia grecorromana.

sábado, 4 de julio de 2009

Imagen global en las cadenas de TV

En el apartado "Teoría de la imagen global" de su libro "Diseño en 4 D", Joan Costa indaga en las razones que determinan la preferencia de una cadena de TV. La televisión cuenta con una abundante bibliografía referida a los contenidos y efectos de los programas, pero muy escasa en relación a la imagen que las cadenas promueven.
Ser espectador (dice Joan Costa), implica absorver junto con numerosos estímulos placenteros, átomos de imagen de las emisoras con las cuales buscan seducir y retener a la audiencia. ¿Por qué entonces, estos mecanismos sútiles no han interesado a los investigadores?
El autor propone dos motivos:
- hay un mayor interes en los programas que en las cadenas.
- el concepto de imago (entendida como imagen mental individual extendido al imaginario social) no necesita ser explicado al espectador medio.

Este último motivo parece que no necesita ser explicado, los científicos (continua Costa) nos hablan de imagen como ciencia de la totalidad, los filósofos, como un conjunto de sensaciones que se sienten como una sola.
Por otra parte, los empresarios, responsables de gestión o productores de TV están convencidos de la imagen como fenómeno psicológico, abstracto, intangible, e imposible de diferenciar. Por ello concluyen que nadie sabe el peso que tiene la identidad y la imagen de empresa en los exitos y resultados de las empresas.

A partir de esta introducción, Costa nos propone al menos, una manera de analizar el fenómeno razonando y sin dejar de afirmar que si la imagen es un todo, ese todo está hecho de partes y cada una de estás partes interactúan de diferente forma con el espectador.
La imagen global es una supraimagen que contiene tres niveles diferenciados: la identidad, el estilo corporativo y la imagen de marca.

La identidad: se constituye por el conjunto de signos sensibles (logo, símbolo, color, nombre, sonido, etc.) cuya misión es hacer conocer, reconocer y memorizar la institución o empresa.

El estilo: es su impronta ideológica, política, su personalidad y espíritu, es no tanto lo que hace sino la forma en que lo hace.

La imagen de marca: es la que emana de los programas, los actores, conductores, presentadores reconocidos, etc.

En consecuencia la imagen global está conformada por aspectos tangibles e intangibles, y el rol que cada uno de ello juega es inversamente proporcional a su perceptibilidad-tangibilidad. La identidad visual es más abstracta que estilo, y estos, son menos concientes que la imagen de marca.
En otras palabras, la identidad visual no puede ponerse toda la carga al hombro. Probablemente sea imposible determinar científicamente la influencia de cada uno de estos factores en las elecciones o preferencias de la audiencia pero ello no implica restar importancia a la identidad en estrecho vínculo con la continuidad.